No todo es reciclable...

Algunos piensan que cuando algo está roto es posible encontrarle algún otro uso, quizás reconstruirlo, o con los pedazos esparcidos hacer una cosa totalmente nueva, mejor, más bonita... ¡mentira!. Lo que está quebrado; quebrado se queda, por más que se intente.
Así que cuando se rompa algo en su vida, lo mejor es botarlo porque ya no tiene remedio. Claro, es difícil olvidar los recuerdos vividos con eso, lo mismo me pasó cuando se rompió mi tacita de los pitufos y, por más que traté de salvarla por todos lo medios, no pude ni podré reparala; así que mejor es desechar lo roto. Si usamos aquello que se rompió alguna vez, lo más probable es que se vuelva a malograr y, peor aún, hacernos más daño. Todo eso sin contar que se tendría que lidiar con los recuerdos anteriores, con le hecho de haberse esforzado tanto en salvarlo, en haber creido que lo hicimos y al final... darnos cuenta que no sirvió de nada.

Por eso no reciclo; al diablo con la ecología.

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