jueves, marzo 09, 2006

Evolución.



Cuando era chibolo, comencé con el rock... creo que todos comenzamos con eso, desde la panza de mi vieja oyendo a Led Zeppelin, Jimmy Hendrix y esa gente bien psico (gracias hermano, por poner tus audífonos en la barriga de mi mamá). Cuando fui creciendo, conocí la trova, el blues y otros ritmos un tanto más melodiosos y melancólicos. Era lindo estar de bohemio en la universidad, hablando de libros, la vida, filosofando sobre la inmortalidad del mosco. Eran buenos tiempos. Amores y desamores pasaban ligados a canciones de Silvio Rodríguez, Sui Géneris y tantas cosas que pasaban por ahí. Mis primeros coqueteos con la guitarra y el bajo... mi compañero de casi toda la secundaria, lo dejé de lado por un tiempo (Sí. Primero aprendí a tocar el bajo y luego la guitarra) Aquí fue donde por primera vez tomé atención a los ritmos latinos y el jazz. Todo comenzó con el Buena Vista Social Club, luego vendría el latin jazz de Ray Barreto y otros más.

Ahora, ya más empapado en toda esta gran variedad musical, descubro un gran género... La salsa. Pero no cualquiera, no esas basofias actuales; compuestas con el fruity loops, interpretadas con muchos sintetizadores, letras huecas y tontas, y, por último, grabadas en pistas... ¡guacala! Esos salseros actuales ¿No se han dado cuenta los ritmos latinos deben grabase todos a la vez? ¡Las pistas le quitan el feeling! No. Eso no. Yo me refiero a esos genios de lo que fue la salsa de los 70's, la neoyorkina (porque este ritmo nació ahí... aunque no lo crean) esa, a la que la gente le llama dura. Esos genios de la Fania, El gran combo, Rubén Blades y, con mención especial, el gran Tito Puente (al cual descubrí primero como intérprete de Jazz y luego como salsero). Claro, sería un pecado olvidar nombrar el son, el son montuno, la guajira y todos esas cadencias que alborotan la sangre caliente que, tarde o temprano, la vida nos hace despertar.

En el posteo de arriba, subí una pequeña muestra del Gran Combo de Puerto Rico. El título de la canción es "Trampolín"; una de mis favoritas de este grupo, despues del Carbonerito. Pero digamos, que la letra de la canción colgada es la que mayor significado tiene para mi.
Finalizo esta entrada con las palabras de Frank Edgard, el bajista de La Sarita:
"No sólo de rock, vive el hombre".

Say no more!